•11:13 p. m.
Fecha: 31 Julio
¡Qué bonitas las estrellas que desaparecen en los ojos de aquel ciego!
¡Cuán grandes pueden llegar a ser las caricias de un manco!, como aquel que tocaba el violín para deleite de todos los sordos. Y el pintor que seguía pintando su noche de blanco en un lienzo sin tela donde las pinturas no manchaban.
¡Qué bonitas son las imágenes cuando se pintan de nada y el mundo cuando se disfraza de blanco en la noche, oscura, de los sueños.
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