Crónicas de Seis Cuerdas nace hoy, día 26 de Abril del año 2006 de nuestro Señor, con una finalidad muy clara: exponer de forma lo menos clara y concisa todas y cada una de las barbaridades, aberraciones, desquicies y demás gama de perturbaciones que mi mente sea capaz de expulsar a lo largo del día o, en su defecto, el tiempo transcurrido entre un escrito y el siguiente. [t-to=(n+1)-n]

Me presentaré: Soy un especimen extraño, de esos que pocas veces se conocen, pero que cuando se le conoce se da uno cuenta de la cantidad de iguales que conocía y él sin saberlo, quizás incluso tu seas uno de ellos. (Si estás leyendo esto y aún te parece que tiene sentido, entoncés decididamente, Sí! lo eres.) Mi nombre es Papis, (Sí, está claro que no es el nombre con el que fuí bautizado, pero es que está de moda eso de llamarse por un seudónimo, mote, apodo, nick, alias,...) Soy una ente que tiene tras sus todavía poco doloridas espaldas veinte años de extraños acontecimientos que se supone llaman mi vida, sí, es extraño pero mi vida es una continua sucesión de hechos que muchas veces rozan la frontera de lo insulso o quizás estúpido y otras veces se pueden considerar dignas de un premio novel, pero que dan forma a mi personaje, a mi persona, a la persona que me ha tocado ser durante la que espero sea mi larga y próspera vida. Soy friki, es decir juego a rol, me molan los videojuegos, me gusta leer comics, y si encima son de esos que se leen de derecha a izquierda y de adelante a atrás pues mejor todavía (sí, esás pensando bien, estoy hablando de manga japones). Lo de ser rolero no tiene porque asustar a nadie, todavía no he matado a nadie, y creo que no es algo que figure subrayado en amarillo chillón fosforito como cita para este año, podeis estar tranquilos. La música me apasiona, sería una gran forma de vida de no ser porque en Bilbao hay demasiada gente que piensa lo mismo, y como Bilbao es el centro del mundo y del universo pues podemos concluir que en cualquier otro barrio Bilbaino del mundo pasará lo mismo. Así pues, la música como forma de expresar parte de mi arte (que no se si tengo mucho, pero algo sí se que tengo) se queda relegada al plano jovial, quizás como una actividad de desahogo del estrés contenido durante la semana, quizás como una forma de intentar hacer que la gente (los pobres que escuchen algo que todavía ni siquiera se ha grabado) se entere de cosas que yo y mis compañeros de bandurreo queremos contar. Algún día hablaré sobre el grupo, pero eso será algún día.

Soy estudiante de Ingeniería, soy algo así como un proyecto de antena telecomunicativa, ya sabeis, eso que tiene el movil en la parte superior que sale como un palito para que tú puedas mandar ese sms tan guay en ese lenguaje tan super fasión que se ha currado la peña para enviar 300 millones de párrafos en solo 150 caracteres. (Si pensabas que ese palito lo había diseñado un ingeniero para ayudarte a sacar el movil del bolsillo, ahora ya sabes cual es su verdadera misión). Estudio en San Mamés (aquí es cuando a más de uno se le mojan los pantalones...) y he de deciros que lo que escuchais por ahí, esas leyendas sobre gente decapitada en los pasillos, alumnos enloquecidos que saltan por las ventanas para que no corra convocatoria el examen, o esos profesores que llegaban armados a clase con una botella de JB debajo del brazo soltando a diestro y siniestro suspensos por doquier salvo un único y extraño aprovado... Todo eso son mentiras, eso no existe, eso no es San Mamés. San Mamés es un vergel de mentes inteligentes, gente trabajadora que no comprende o no conoce el mundo real, gente que tomó la pastilla verde con la que su mente comenzó a procesar un algoritmo que le abrió los ojos de San Mamés para adentro y se los cerró hacia afuera. San Mamés, nuestro hogar, nuestra casa (nuestra estadística nos demuestra que en San Mamés pasamos casi el doble de las horas que en nuestras casas, en un único caso se convierte en el triple...).

Este soy yo, y hasta aquí contaré hoy. Lógicamente soy infinitamente más complejo que todo esto pero para poder contaros todo necesitaré más líneas de código que mañana continuaré codificando. Es hora de enchufar el cargador a la almohada y recargar la batería de Ion-litio para mañana volver a circular...

Hasta mañana seres mortales,
Papis;